Factores de Riesgo - Prevalencia - Desarrollo y curso
Factores de Riesgo
Factores genéticos: Existe evidencia de que el trastorno delirante puede tener un componente genético. Los estudios de familiares de personas con trastorno delirante han demostrado una mayor incidencia del trastorno en comparación con la población general. Sin embargo, no hay un gen específico identificado como responsable del trastorno delirante.
Neurobiología: Se han observado anomalías en el funcionamiento cerebral en personas con trastorno delirante, incluidos cambios en la actividad de neurotransmisores como la dopamina, el glutamato y la serotonina. Estos desequilibrios químicos pueden influir en la formación y mantenimiento de creencias delirantes.
Factores ambientales: Experiencias traumáticas o estresantes pueden desencadenar o contribuir al desarrollo del trastorno delirante en personas con predisposición genética. Los eventos estresantes pueden incluir la pérdida de un ser querido, abuso físico o emocional, problemas laborales o legales, entre otros.
Factores cognitivos y
psicológicos:
Algunas teorías sugieren que ciertos estilos de pensamiento, como la tendencia
a interpretar de manera errónea las experiencias o a atribuir significados
excesivos a eventos ordinarios, pueden predisponer a una persona al desarrollo
de creencias delirantes.
Prevalencia
Se estima que la prevalencia del trastorno delirante a lo largo de la vida está en alrededor del 0,2 % y el subtipo más frecuente es el persecutorio.
Desarrollo y curso
El funcionamiento global
medio es habitualmente mejor que el observado en la esquizofrenia. Aunque, por
lo general, el diagnóstico es estable, una proporción de sujetos desarrollará
posteriormente una
esquizofrenia. El trastorno delirante tiene una relación familiar importante
tanto con la esquizofrenia como con el trastorno de la personalidad
esquizotípica. Aunque puede aparecer en grupos etarios más jóvenes, este
trastorno podría ser más prevalente en los individuos mayores.
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